Hicimos una excursion a My Son (se pronuncia "míson"), unas ruinas de hace como mil años de unos templos hinduistas. Las reunidas son bellas y quedan en las faldas de una montaña como a una hora de Hoi An. "My" significa bello y "Son" montaña. Fuimos para alla en bus y el viaje fui muy lindo, la verdad que las siembras de arroz son sumamente esteticas. El guia tenia un look muy cool con zapatos y sombrerito combinados, se me parecia bastante a Jackie Chan.
Las ruinas de My Son entre la vegetacion en medio de selva y unas florecitas blancas silvestres se veian bellas. Eran templos, librerias y salas de meditacion, todas hechas de ladrillos rojos. Los ladrillos estaban amalgamados unos con otros, los arqueólogos siguen estudiando como hicieron para lograr que los ladrillos se pegaran asi unos de otros sin cemento ni nada de eso. Habian muchos altares a Xiva dios de la destrucción y la reconstrucción (que se representa sentado en posicion de meditacion y tiene muchas manos, dedos y pies), y alguno que otro a Ganesh dios en de la felicidad (representado por un elefante). Lo triste es que las ruinas estan muy destruidas, porque durante la guerra se pensaba que gente del Vietcong se escondia alli y los gringos les lanzaron bombas, napalm e incluso agente naranja. Resulto que nadie estaba ahi escondido, segun el guian porque ellos sabian que si se escondian alli los habrian matado (el guia hablama del Vietcong como si él hubiera pertenecido, me imagino que él no, pero seguramente sus papás y tíos si lo hicieron). De 70 y pico construcciones quedan solo 20 en pie, y varias estan bastante arruinadas, pero las pocas que quedan son muy bellas... La lastima es que tienen como mil años y hasta hace 50 estaban casi completas. Ese no es el unico rastro de la guerra, todas las caminerias estan muy bien indicadas y te hacen énfasis en que no te salgas de ellas, porque el área esta llena de minas.... Qué susto! no?. Estas ruinas fueron descubiertas por un francés hace un poco mas de cien años... Qué alucinante debe haber sido para ese tipo (que habia salido de caceria a la montaña) haberse encontrado algo asi!. Al final los franceses ayudaron y dirigieron el descubrimiento arqueológico y cobraron su ayuda decapitando cuanta estatua se encontaron, y llevandose esas cabezas a un museito muy lejos de aquí... El Louvre.
El regreso fue en barco. El autobus nos dejo en la mitad de una calle (en la mitad de la nada), el guia se fueen el autobus y nos quedamos ese poco de turistasalli mirandonos como marcianos desubicados en el planeta tierra. Al ratico llego otro vietnamita y nos dijo "follow me", obediendemente lo hicimos y nos metimos por una selvita hasta que llegamos a una especie de muelle que parecia casi improvisado. Los barquitos, parecían peñeros chiquitos y techados estaban apenas amarrados con un mecate del pasto que crecia en la orilla, y el muelle era como quien dice tres maderitas. Una vez embarcados, almorzamos una comida tipo "llanera", un arroz con vegetales, huevo y tofu y de postre un mini camburcito, puede que no suene que estaba muy rico, pero no se si fue por el hambre o qué, pero pedimos para repetir.
El resto del paseo en barco fue mas bien aburrido. Paramos en un pueblito artesanal en donde hacian artesanías de madera y le hacían incrustaciones con conchitas del río (tipo nacar). La verdad no me pareció la gran vaina, ni el paseo en bote ni la visita esa que nos habian impuesto, era como si quisieran que compraramos algo obligados y con ese calor no provocaba para nada. La llegada a Hoi An fue incluso mas calurosa, nos bajamos del barquito y nos compranos unos heladitos tipo super tornados. Tratamos de pasear y conocer un puente japones famoso y otras cosas por el estilo, pero el calor nos estupidizo hasta el punto que lo unico sensato era volver al hotel y meternos en el cuarto con aire acondicionado.
En el hotel rapidamente nos dimos cuenta que el mejor plan era repetir el plan del dia anterior: alquilar la moto e ir a la playita otra vez. Eran apenas las 3 de la tarde y todavia quedaba sol y playa para largo. Fue otra vez una delicia. Alquilamos unas sillitas tipo "Chivas Life", un par de cervezas y playa, brisa, sol y arena, una perfecta combinacion. Al igual que el dia anterior la playa estaba vacia hasta las 5, y a esa hora se volvio a llenar de vietnamitas.
Ayer nos perdimos de la cena en el sitio que queríamos, pero esta vez si logramos llegar temprano y menos mal, porque tanto el sitio como la comida fueron espectaculares. El restorancito se llama Secret Garden, y se llama asi porque esta escondido en el fondo de un callejoncito estrecho y oscuro, pero cuando entras es un jardin iluminado con antorchas y velas, unas fuentecitas, musica de guitarra en vivo, muchas flores y mesitas puestas todas de blanco creando un ambiente muy delicado y muy rico. Pedumos una especialidad de este pueblo, las "rosas blancas", que son una entrada tipo dumplings chinos rellenos de pescado, que estaban demasiado buenos, unos nems (impelables), y de principal unos rollitos de carne que tenian por dentro como pedacitos de cebolla asada. Aqui en vietnam todo viene con una salsita especial para cada cosa, y se come con palitos, mojando cada mordisco en la salsita y todo acompañado con arroz blanco, casi toda la comida es un poco picante, pero nada grave. Wow, quisiera demasiado volver a comer a ese sitio... Menos mal que insitimos en comer aqui y volvimos.
Era la ultima noche aqui y sucumbi ante la tentación de comprarme algo de ropa... Unos pantaloncitos de esos semi transparentes tipo los que usaba mi bella genio. Me parecieron demasiado comodos, livianos y ricos para usar en un viaje como este... La vietnamita de Hanoi tuvo razón after all, jajaja.
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