Nos propusimos salir más temprano del hostel... Pero además de tener que cambiar de cuarto por petición del hotel (a un cuarto más bonito pero también más pequeño), tuvimos un buen motivo para no lograrlo: Cuando estabamos en la recepción (dejando la llave), conocimos a un personaje divertidísimo: Un gringo, que estaba vestido medio de hippie, con las uñas pintadas alternadas rojo, blanco y azul... Nos contó mil historias, y nos preguntó mil cosas... Era un tipo muy simpático y muy interesante... Valió la pena el retraso de quedarnos conversando con él, porque en este viaje nos han divertido tanto los nuevos lugares como los buenos cuentos que la gente tiene que contar. El tipo tiene 67 años, y estaba reservando para ir a la opera china con el hostel, y además pagando dos noches en el dorm.... Nos contó que había trabajado 30 años en el gobierno gringo, que había sido cartero, que ahora era fotógrafo y además escribia un diario porque le encantaba tanto leer como escribir. Estuvo casado y tiene hijos y nietos. Llegó aquí porque un buen día, a finales del año pasado, le salió un pop-up mientras estaba en internet, que decía que necesitaban profesores de inglés acá en China, total que el tipo se vino en enero y ya terminó su trabajo (que fue en una universidad en otra ciudad más pequeña) y ahora anda paseando y conociendo las demás ciudades y turisteando low budget. Dice que le encantó, pero que le pagaban dedmasiado poco... Se tatuó en el brazo la bandera china y el nombre chino que le dieron (algo así como gran águila no-sé-qué) y estaba feliz de conocer más gente, hacerse masajes, y pasear en bici por todos lados. Nos tomamos unas fotos juntos después de la conversada y nos dijo que si nos volviamos a ver cenaramos juntos, nos invitó a la ópera a la que el iba y nos pidió nuestro mail. Cuando le contamos que habíamos llegado en tren dedsde Shanghai el tipo nos preguntó si había sido en el tren que se accidentó!!! Jajaja, que lo había leido en el periódico...
Desayunamos un mix chino-occidental: Unos pancitos que preparan al final de la calle del hotel (que se ven deliciosos), unos maravillosos yogures de miel en potecitos de barro, y como quedamos medio secos, al pasar por starbucks un frapuccino café... Excelente desayuno! ... Tanto el frapuccino como el yogur de miel se volvieron adicciones y los repetí muchas veces después :)
Seguimos un plan (que salía en la guía) de recorrer una calle con los antigios edificios que se usaron como embajadas el siglo pasado... Una calle que salía de Tianamén y era un paseo no muy largo. Resultó ser un fiasco de paseo, algunos edificios son bonitos, pero nada del otro mundo tampoco, normalitos pues. Además la gran mayoría están tapados por muros así que es muy poco lo que se ve.
Los horarios de visitas turísticas aquí son hasta las 5 así que como queríamos conocer más cosas salimos corriendo de allí (corriendo en metro jaja) al Templo del Lama... Es muy muy bonito y megustó mucho. Es de todo lo que vimos en China el único sitio cuyo interior valía tanto la pena como el edificio... Es el templo del budismo de origen tibetano, y tanto Fran como yo conocemos bastante de ese budismo, por eso creo que nos gustó más, las esculturas de buda eran muy lindas e interesantes. Habían miniaturas y esculturas de más de tres pisos de alto, algunas delicadas y otras más bien toscas, pero la mayoría eran doradas y exquisitas, con el pelo azul y muchas decoraciones. También vimos una mandala de arena (que es una de las actividades de meditación: hacer un dibujo gigante y muy elaborado con granitos de arena, para inmediatamente destruirlo y comenzar otro... Eso lo hacen para no apegarse con las cosas terrenales), era de arena de colores y gracias a Dios no estaba destruido sino impecablemente perfecto. Además vimos (no se como se llaman) esos rotatorios que tienen inscripciones con mantras, y para meditar los monjes les van haciendo dar vueltas... Nos habían dicho que otra cosa chévere de ese templo era que se veían monjes en lo suyo, pero nosotros la verdad no vimos ninguno :s
Eran las 4 cuando terminamos, y a las y 45 cerraban lo que queríamos ver después, que estaba según el mapa a tres cuadras chinas. Eran las torres de la campana y el tambor, que sin como morochas y tienen una plaza separándolas. Nos tardamos más de 45 min para recorrer las fulanas tres cuadras (beijing es demasiado demasiado grande), pero logramos entrar porque cerraban a las 5 y pico. Teníamos que escoger una de las dos y creo que escojimos bien: La Torre del Tambor, porque cuando subimos (aunque no se veía nada de la vista panorámica que teníamos frente a nosotros por el smog y el polvo de Beijing) nos dieron una demostración del toque antigüo de los tambores... Un toque que ellos hacían para dar la hora a la ciudad. Fue buenísimo: Eran seis chinas tocando tambores como de un metro de diámetro, y un chino tocando un tambor aún más grande como dirigiendo la cosa. Muy solemne. Además habían unos aparatos de pesos y de agua y otras cosas que los ayudaban a medir el tiempo, cual relojes de arena... Very nice.
La torre de la campana sólo pudimos verla dedsde afuera, y seguimos nuestro recorrido buscando un sitio rico para nuestro almuerzo-cena. Conseguimos uno que no quedaba muy lejos (como 40 min a pie jajaja... pero eso es "al lado" en distancias chinas). Para llegar recorrimos una calle peatonal que nos encantó, eran hutons como la calle peatonal donde está el hotel (hutons = barrios con casas tradicionales chinas), pero éste con tienditas más bohemias y refinadas que las otras. Había galerías, cafés y tiendas de curiosodades, también vendían comidas típicas y exóticas para ellos, como churros. Nosotros nos comimos unos triangulitos de masa finita como de crepes, rellenos de cosas chinas, como caraotas... Fran se pidió uno de caraotas (regularson) y yo uno de maíz con crema (que estaba rico).
Por fin llegamos al restorant. Era chino chino, nadie hablaba ni pizca de inglés, pero el menú si estaba traducido -menos mal-. Estaba lleno de chinos comiendo, y todo se veía bueno.... Cuando vimos el menú entendimos que era lo que se estaban comiendo y nos quedamos locos!: tenían cualquier vaina literalmente: intenstinos, corazones, pepinos de mar, lenguas, orejas, patas, visceras y cuanta cosa a unos se le ocurra. Pedimos casi que las tres únicas cosas "normales" del menu: unas costillitas dulces (hmmm deliciosas), un pollo con maní y verduritas (que estaba tan rico como picante, por lo cual tuve que dejar de comermelo cuando no aguantaba más y estaba picada desde el fondo de la garganta hasta los labios), y unos dumplings de verduritas (que estaban ricos, pero que apenas probamos porque nos los trajeron cuando ya habíamos casi que terminado todo lo demás y estabamos ya full). La verdad fue un éxito el sitio, pero para la próxima me tengo que recordar de decir "pu-lá" que significa "sin picante"... Yo tolero y me gusta un poquito de picante, pero esto son las ligas mayores!
Como acabamos de "almorzar" y ya eran las 7pm, el plan de la noche no podía ser ir a cenar el pato pekinés, así que optamos por el otro plan nocturno pendiente... El laguito rodeado de restoranes ( al nor-este de la Ciudad Prohibida) que quedaba también medio cerca y que en la nochecita es muy animado. Hay cantantes callejeros y miles de locales para cenar o tomarse algo, casi todos ellos también con música en vivo. En la búsqueda del local que queríamos pasamos por una venta de algodón de azúcar (que por supuesto no me pelé) y Fran me contó que justo en ese sitio él se había comido un alacrán!. Hoy no vendían alacranes, así que yo -felizmente- me conformé con mi algodón de azúcar gigante.
Entramos a un local muy divertido. Se llamaba "sex and da city". Todo giraba alrededor de un tubo en donde una pole-dancers daban un showcito zanahoria (sin el strip-tease). Vimos 4 performances (dos chamas, cada una dos veces). La primera fue buena, pero la segunda, wow! ... Yo no es que sea experta en la materia (jajajaja) pero la tipa era demasiado pro. A mi me pareció que estuvo perfecta, bella, sexy, super experta en el tubo... Nos imaginamos que debe de ser una stripper de verdad porque si no como que está perdiendo su tiempo, jaja.
...Sólo nos tomamos unos gin-tonics, pero al final el showcito nos salió caro...
Decidimos perder el último metro e irnos en taxi, pero, justo al salir nosotros empezó a llover y todos los chinos se pusieron a buscar taxi al mismo tiempo que nosotros... Y no es que cayó una lloviznita, noel "palo de agua", cuando los impermeables dejaron de servir nos metimos en un cafecito a esperar a que escampara.
El lugarcito se llamaba "café de Paris", y estaba un poco alejado del lago y parecía completamente fuera de lugar en la calle en donde estábamos. Estaba decorado con estilo cozy, con sofaces, cortinas, telas floreadas, luz bajita, libros y mecedoras... Pero en cada mesa, estante o pared tenían detalles finísimos como decoración: teléfonos antiguos, esculturitas, faros, buzones, torres eiffel, juegos de mesa, figuritas de animalitos... Todo diferente, pero todo combinado con mucho cuidado. Nos pedimos un café frío y un postrecito, que al final fue lo que cenamos, el lugar era una cuchura, pero pagamos por esas pendejaditas un ojo de la cara.
Volvimos a salir en busca del taxi. Estuvimos casi dos horas en ese plan, excluyendo 30 min en el café, ya había pasado más de una hora en la pura búsqueda y yo me estaba desesperando. Pasaban taxis, pero de los taxis-choros... Y todavía habían muchos chinos buscando taxi también... Y hasta ellos rebotaban a los taxis esos. Y, cuando por fin pasaba un taxi vacío como que nos ignoraba o nos hacía señales de que no nos iba a atender... Yo ya me quería ir caminando, pero calculabamos que serían casi 2h a pie con el cansacio que teníamos... Eventualmente terminamos pagandoles a uno de los taxis choros, que luego de Fran negociar, nos hizo un precio como tres veces mas caro de lo normal, pero no tan exagerado como lo que a veces proponen... Yo creo que Fran podía esperar más, pero yo le pedí que agarraramos ese porque yo ya estaba hostinada y reventada.
Cuando por fin llegamos al hotel me dí cuenta que en algún sitio se me había caído el trípode que me acababa de comprar... Buaaaa!!! :'(. Me costó casi que nada, pero ya me había encariñado (yo definitivamente no sirvo para budista... apegándome a todo jaja).
No hay comentarios:
Publicar un comentario