No nos despertamos muy tarde, pero cómo nos costó terminar de salir del hotel!... Ya yo me siento cansadisima del trote del viaje, creo que sería excelente programar en este tipo de viajes algun día de descanso, pero igual sé que es casi queimposible, porque siempre hay cosas que a uno no le da tiempo de ver y más bien quisieras tener más días en cada lugar...
Nos desayunamos en el hotel, yo unas french toast que venian acompañadas de patilla (!?), estaban ok pero escasas, y fran se pidio un plato con frutas, yogur, revoltillo y tostadas (mucho mas resuelto...) Nada barato el desayuno allí, nos costo casi como un almuerzo :s
Fuimos al Palacio de Verano. Para llegar (como es en el norte y lejos y no vimos ninguna estacion de metro cerca) nos fuimos en metro para salir del trafico del centro y luego agarramos un taxi hasta alla... Cuando llegamos nos dimos cuenta de que no habia una estacion de metro cerca, habían dos!!, una en la puerta por donde entramos y una por donde más tarde salimos... Ambas estaciones tan nuevas que ni salen en el mapa ni en la guía. Cuando por fin usamos el metro al salir de allí sentíamos casi que eramos los primeros pasajeros de lo nueva que se veía...
El Palacio de Verano era la residencia de vacaciones de los emperadores, que cuando ya estaban acalorados o cansados de la Ciudad Prohibida se iban a pasar unos días allá. Quedan ambos en Beijing, como a 50 min. en taxi el uno del otro, pero en aquella época se tardaban más de 3 días en llegar. El palacio fue construido hace bastantes años, creo que por ahí por el s. XV ó XVI, pero en las varias guerras que hubo (y sobre todo en la guerra del opio contra inglaterra y francia hace como 200 años) se destruyó y quemó. Hoy en día no sería lo que es si no hubiera sido por una emperatriz medio desquiciada, que tenía unas prioridades extrañas y mucho poder. Se llamaba Xitzi y fue esposa y mamá (respectivamente) de los dos últimos emperadores. Ella era muy influyente sobre sus emperadores y decidió por ejemplo gastarse el dinero que iba para restaurar las fuerzas armadas en restaurar su palacio de verano y ponerle todos los lujos que quiso.... Efectivamente quedó chévere, pero pocos años después se acabo el imperialismo en China y ella y su hijo fueron los últimos que vivieron allí.... Luego quedó de museo, y al igual que la Ciudad Prohibida, generan sentimientos encontrados en el gobierno que los sucedió (hasta hoy en día): por un lado representan todo lo que ellos abolieron, y por otro (ademas de dinero de la empresa turística), representa la magnificencia de los imperios Chinos.
No es un palacio, sino más bien un parque. Hay un lago muy grande, y alrededor además del palacio hay puentes y pagodas, todos lindos. Hay un templo destacado que está en la cima de un montecito y se impone por encima de todo lo demás. Es un templo a buda. Además, entre el palacio y el templo de buda hay una caminería larguísima, que tiene 14000 paisajes de leyendas pintados. Vale la pena el paseo, aunque implica una larga caminata, y hacía mucho calor.
Para refrescarnos comimos unos heladitos. Primero unos de paleta de melocotón que estaban excelentes. Luego probamos unos heladitos "de a locha" que son muy misteriosos, porque los venden los buhoneros y cuestan casi que nada, pero el misterio radica en que los tienen en unas cajitas de cartón y a pesar de que hace un calorón no se derriten... No estaba malo, pero sabía cómico, como a chicle :p
Hay cuatro historias de esos emperadores que uno conoce cuando va al palacio de verano y que creo que vale la pena contar:
1. El emperador tenía muchas concubinas y para coordinarlas y tratar con ellas y con la emperatriz, tenía también muchos eunucos (hombres castrados que vivían también en los palacios). Hubo un Eunuco muy importante, porque el tipo a pesar de ser una señor de servicio, también era personal de confianza, y resulta que era un lince en manipulación psicológica... Total que tenía completamente engatusada a Xitzi... y por lo tanto influia en ella y en el emperador como le daba la gana.
2. El emperador tenía tantas concubinas que no tenían permitido ni salir de las residencias imperiales, que para entretenerlas les mandó a hacer un "centro comercial" inspirado en un pueblo más al sur de China, que tenía tienditas al borde de un río... Jaja, ahí está todavía, y ahora venden recuerditos... Y se sigue viendo tan falso como me imagino que se veía en sus días.
3. Se creía que para tener más longevidad un truco era tener relaciones sexuales con chicas muy jóvenes. Por lo tanto para asegurar su larga vida el emperador tenía tantas convubinas. Y para escoger con cuál de ellas iba a pasar la noche, tenía un sistema: cada concubina (y la emperatriz también) tenía su nombre anotado en una lajita de jade. Antes de acostarse el tipo seleccionaba la laja de la que le provocara para ese turno, y un eunuco se encargaba de tenersela en sus aposentos desnuda y envuelta en una telita, cual regalo en bandejita de plata... Supongo que el emperador quedó fascinado con una de ellas, y al hacerla su favorita y repetir muchas veces su laja de jade, la emperatriz se puso celosa y mandó a que la mataran tirándola de un pozo!. Ahí en el palacio de verano estan las fotos... Y el pozo está en la Ciudad Prohibida. La pobrecita en realidad era bien bonita... Pero Xitzi tenía el poder... y los celos.
4. Esta gente se fascina con las piedras. Piedras grandes como rocas: las ven como obras de arte. Cuenta la historia que un hombre un día paseando se encontró una roca gigante que consideró espectacular. Se enamoró de la piedra y decidió llevarsela a su casa. La piedra era tan grande que el tipo gastó todo su dinero y aún así no logró llevarla hasta su casa, entonces la piedra comenzó a llamarse "la piedra del derroche"... Porque el pobre al final la tuvo que dejar por ahí tirada a mitad de camino... Años después el emperador la vió y quedó también encantado. Ese si logró el cometido de llevársela y allí está todavía en el palacio de verano. Yo la verdad no sé que es lo que le ven, es una piedra como de la altura y largo de un caballo, no es fea, pero yo ni del Milan me gastaría toda mi plata en eso, jaja.
Otra cosa chévere que vimos fue algo muy típico de acá. Un tipo con un pincel grande, lo moja en agua y va escribiendo caracteres chinos, como full elaborados, en el piso... Como es agua se van borrando pero queda por un ratico la imagen... Pero lo realmente interesante es que a la gente le encanta, yo ni idea de lo que ellos escriben, pero todos los chinos que pasan, se quedan mirando su trabajo en el piso como maravillados y felices. Eso me encantó!
Habíamos pedido una audioguía para los dos. Las explicaciones salían solas cuando uno llegaba al lugar en donde tenía que escucharlas (o se suponía que así era, pero en realidad salen explicaciones en cualquier momento y en desorden -medio caótico-)... Pero como teníamos un solo aparatico, uno escuchaba y luego le contaba lo más importante al otro... Lo cómico fue que al final, las explicaciones eran demasiado largas, y la única manera era ir repitiendo a medida que iba saliendo la explicación, pero como salían de repente, el resultado era que yo estaba conversando de cualquier cosa y de repente, cambiaba de tono, y empezaba a repetir lo que escuchaba... Parecía como si de repente me hubiera invadido otra personalidad, o que alguen estaba invadiendo mi cuerpo, jajajaja.
Otra vez estabamos pasando hambre y al salir de allí nos fuimos al silk market, pero antes de entrar comimos en un subway que hay afuera. Estaba ok, pero las galletas nada que ver con las delicias de Shanghai :(
El Silk Market es el mercado ese famoso que uno escucha en los cuentos: donde venden cosas chinas o de imitación, pero nada tiene precio, TODO hay que negociarlo y regatearlo, como al 10-20% del precio que las vendedroas te propongan... Y por mucho que uno trate es complicado salir satisfecho porque ellas siempre salen felices y sonrientes como si te estuvieran ganando demasiado.... El truco es no engancharse, decidir uno lo que está dispuesto a pagar por eso, y oferecer mucho menos... Y luego cuando te estés acercando al precio que quieres, y cuando la chama te diga que ni de vaina, te das media vuelta y te vas... Entonces típicamente ella te grita que bueno, ok, o que un pelín más de lo que quieres y ya... Ahí tú decides, o te regresas y compras, o te terminas de ir a negociar otra cosa.
A mi la negociadera me da como caspa. Me gusta mucho más ver los precios de las cosas y decidir en mi mente si vale la pena o no y ya. Esto me tenía muy nerviosa, pero quería ver como era el asunto, además es algo tan típico que no me lo quería perder!
No era para nada lo que me imaginaba: pensaba que sería como un "mercado libre" caótico, desordenado y lleno de gente gritando. Nada que ver! Hay aire acondicionado y todo está arregladito. La gente no grita mucho porque todo se negocia poniendo números en unas calculadorcitas que todos ellos tienen. Además hay puesticos de comida y venden unos helados de yogurt buenísimos... El mercado tiene como 5 pisos, y están agrupados por lo que venden, en las escaleras recuerditos, en el piso de abajo maletas y carteras, luego ropa, luego cosas de seda y de perlas, por otro lado zapatos, jugetes, electrónicos... You name it, they've got it. Pero lo mejor de todo son las vendedoras (hay algunos hombres vendedores, pero predominan las mujeres)... Son unas bárbaras, hablan (machucan pero medio entienden) todos los idiomas que a uno se le pasen por la cabeza, yo pasaba por un pasillo sin decir media palabra y de alguna manera ellas sabían perfectamente que yo hablo español... Es genial.
Las negociaciones son comiquisimas. Ellas dicen un precio, tu dices otro, ellas te dicen, "NOO! Are you joking!?", tu respondes que no, ellas te dicen que un poquito más, y que ellas bajan un poquito, luego dicen, "ok!, give me your 'finito' price, one for you, one for me", "tacaño", "un poquito más"... y así sigue... Mezclando inglés y español o lo que sea... Ellas actuando como si fueran a perder con la venta, y uno actuando como si se fuera a desbancar con la compra. Pero en el fondo las chinitas esas nos caen buenísimo casi todas, debe ser parte de su truco, porque uno siente que así pierde capacidad de negociar jaja.
Salimos de allí hacia uno de los restoranes recomendadísimos de pato pekinés... Pero yendo, a pesar de que conseguimos el metro que era, al salir caminamos en dirección contaria (y como siempre aquí en China) cualquier equivocación, por pequeña que sea te quita como 20min-media hora... Y cuando llegamos por fin, nos dijeron que ya estaban cerrando :( buaa! ... Bueno pero nos quedan mas noches, así que no me preocupé mucho al respecto.
Como el sitio era cerca de Sanlitun (el barrio fancy y lleno de occidentales de aqui de Beijing), fuimos a comer para allá y como muchos otros restoranes estaban cerrados también, entramos al primer lugar que encontramos abierto porque estábamos muerticos... Resultó ser el mismo de hace un mes, the blue frog. Yo me pedí tallarines de Shanghai, y Fran una pasta... Con birritas :) nice.
De regreso el metro estaba cerrado. Pero conseguir un taxi es un proceso: siempre hay taxis ahi parados, pero son los taxis-choros... Que en vez de poner el taximetro te dan una tarifa plana altísima... Estos eran incluso peor, te decían 200 yuanes + el taxímetro!!!.... Eso es un escándalo, para ponerlos en contexto: el taxi que terminamos agarrando (que fue uno que estaba pasando por la calle y nos cobró el taximetro) nos costó sólo 30!!!
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